Webex, skype, zoom, teams… son plataformas que nos han permitido seguir conectados/as durante el estado de alarma por el CoVid19. Y, aunque parece que poco a poco nos acercamos a la famosa «nueva normalidad» no podemos decir adiós a las plataformas virtuales.

Se prevé que estas y muchas más plataformas jugarán un papel fundamental en la nueva normalidad, especialmente en la formación profesional o superior. La teleformación parece ser una de las piezas clave para la adaptación a la nueva normalidad.

No obstante, la teleformación tiene ciertos entresijos, que comentaremos en el presente artículo. 

¿Por qué utilizar la teleformación?

La teleformación ha sido una de las grandes apuestas durante el CoVid19 y, posiblemente, también lo será durante las fases de desescalada. Esto se debe, principalmente, a que:

  • La teleformación permite continuar formándose conservando las medidas de seguridad.
  • El aforo máximo reducía las posibilidades de formación a grandes grupos.
  • Era una medida complementable con otras como el teletrabajo.

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Los 5 beneficios de la teleformación:

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1. Es más económica

Lo que permite a las empresas formar a un mayor número de personas, facilitando el desarrollo personal y/o profesional de más trabajadores/as.

2. Facilita la conciliación

La mayoría de los contenidos están disponibles en diferido, lo que facilita compatibilizar la formación con la vida personal y profesional.

3. En cualquier momento y lugar

El alumnado puede aprovechar cualquier momento y lugar para formarse, sin requerir de desplazamientos o variaciones de la vida cotidiana.

4. Facilita el reciclaje

Especialmente cuando tenemos profesionales desde hace bastantes años, es necesario que reciclen ciertos conocimientos y se actualicen.

5. Autonomía y flexibilidad

Es el propio alumno/a quién se marca su ritmo de estudio, aproximándo la formación a personas con capacidades diversas.

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¿Cómo adaptarse a la teleformación?

Muchas organizaciones se están enfrentando a los retos que plantea la transición a la teleformación, que fundamentalmente, son dos:

1. Buscar la plataforma adecuada

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La mejor aplicación será aquella que se adapte a ciertas características:

  • Número de personas, si queremos formar a muchas personas a la vez requeriremos de plataformas potentes. 
  • En diferido vs. en línea, hay teleformación que combina contenidos en diferido con clases en línea, con lo que tendremos que buscar plataformas que tengan ambas funciones, o que se complementen.
  • Grado de participación, es decir, si queremos que el alumnado pueda participar durante la clase (lo que es bastante aconsejable) tendremos que encontrar una aplicación que lo permita.

Por supuesto, también habrá que tener en cuenta factores como el precio o la versatilidad de la herramienta para cumplir otras funciones, como hacer reuniones virtuales con el equipo. Os dejo dos artículos que comparan sistemas de teleformación y videoconferencias

2. Formar al/la docente

Dar teleformación no es igual que dar clases de forma presencial, por lo que se debe dotar a los y las docentes de técnicas y habilidades docentes para la formación online.

La formación de los profesores y profesoras debería incluir al menos:

  • Diseño de herramientas para la formación. Mandar documentos y más documentos al alumnado no es didáctico, hay que desarrollar sistemas que favorezcan el aprendizaje.
  • Técnicas para dinamizar las clases. Incluso en la formación online podemos encontrar fórmulas para hacer las clases más amenas y divertidas
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¿Qué características debo buscar en la teleformación?

Si estás buscando formación online y no sabes cómo elegir el curso correcto, las 3 claves que pueden ayudarte a elegir son:

1. Contenidos. Los contenidos online generalmente están preestablecidos, por lo que es mejor revisar si son lo específicos que queremos, o pedir más información. 

2. Actividades. Por lo general, siempre vamos a querer formación que alinee la teoría con la práctica, por lo que una buena formación debe contener ejercicios, casos prácticos o dinámicas que faciliten la asimilación de los contenidos. 

3. Tutorización. Buscar que exista una tutorización o una persona de referencia por si surgen dudas durante el curso, se desea ampliar información o se requiere de aclaraciones adicionales. 

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